El resurgir del transporte de mercancías en ferrocarril

 

 

Desde la aparición de la primera locomotora hace ya más de 200 años, el ferrocarril ha sido un uno de los pilares principales en el transporte tanto de personas como de mercancías.

Especialmente dentro del sector del transporte de mercancías, los avances tecnológicos y las mejoras en las conexiones portuarias y aéreas han ido relegando, con los años, al ferrocarril a una posición más discreta y sobre todo encarada principalmente al transporte de mercancías dentro del ámbito local y regional del país.  Al menos hasta que llegó 2020.

Retos en el transporte marítimo de mercancías en 2021

Los efectos del Coronavirus

En las últimas décadas Asia se ha convertido en el mayor exportador del mundo, con China a la cabeza y el puerto de Shanghai como el más importante a nivel global desde hace ya más de diez años. No es de extrañar, entonces, que la relación comercial entre Europa y el continente asiático no haya hecho más que crecer, moviendo principalmente sus mercancías por vía marítima.

Así pues, la llegada del Coronavirus y el confinamiento de toda China en enero de 2020 este comercio marítimo entre el gigante asiático y Europa se vio afectado de lleno con un doble choque de oferta y demanda. Ante la previsión de un confinamiento mundial y una crisis sanitaria, la demanda de productos de consumo y esenciales médicos (como los EPIs o las mascarillas) aumentó a la vez que la producción en China bajaba a niveles mínimos y se procedía a la cancelación de múltiples rutas y servicios, provocando que la oferta de contenedores y capacidad de carga no hicieran más que disminuir hasta desencadenar en un aumento importante en los tiempos de transporte y mayores costes logísticos.

Si bien con el tiempo la situación pudo estabilizarse hasta cierto punto, los efectos de la Covid-19 aun son bien visibles un año después dentro del sector y el transporte marítimo de mercancías sigue sufriendo de problemas de espacio y disponibilidad, los puertos continúan congestionados y las tasas se han mantenido en franjas más altas que en los períodos pre- pandemia.

Atasco del Canal de Suez

Ante un escenario como este, lo último que se esperaba (y deseaba) era que un carguero quedara encallado en mitad del Canal de Suez, interrumpiendo el tráfico por el principal punto de conexión entre Europa y Asia durante 6 días. Ya sometido a una presión sin precedentes, el transporte marítimo tuvo que enfrentarse a nuevos retrasos, a una mayor falta de contenedores (provocada por aquellos que no podían volver de China) y a nuevas subidas de precios.

El nuevo auge del ferrocarril como transporte de mercancías

Así pues, con esta falta de capacidad en el transporte marítimo debido al Coronavirus y posteriormente acrecentada por atasco en el Canal de Suez, la ruta comercial Asia-Europa se centró en el ferrocarril como la solución lógica a sus problemas.

Durante la pandemia, los gobiernos consideraron el transporte ferroviario como un actor clave para asegurar el aprovisionamiento de productos esenciales y las compañías han adaptado el plan de transporte para satisfacer la demanda del mercado y proporcionar, cuando sea necesario, capacidades adicionales para transportar bienes esenciales

El problema de espacio ha acabado también afectando al transporte ferroviario de mercancías, claro, y los precios han aumentado por ello, pero existen varias ventajas para escoger el ferrocarril en estos momentos sobre el transporte marítimo:

El tiempo de tránsito es más corto, dado el escaso tráfico de trenes en cuanto al transporte de personas también es mucho más sencillo cumplir con los horarios establecidos, siempre existe la posibilidad de extender los trenes, aumentando su capacidad para controlar los costes y, en general, actualmente sigue siendo más fiable que el transporte marítimo.

Comparado con el transporte aéreo, puede que este sea más rápido, pero este también se ha visto afectado por la escasez de espacio y los precios también son más elevados (incluso después de esta nueva subida) y, además, la huella de carbono que deja también es más importante, algo que cada vez más empresas tienen en cuenta.

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El futuro del ferrocarril

Si algo nos ha enseñado el último año es que nunca sabes qué puede suceder, pero como comentábamos, el papel del transporte ferroviario dentro del comercio internacional ha visto un resurgir durante la pandemia que muchos quieren tomar como ejemplo para no dejar que el ferrocarril vuelva a un segundo plano. Tener una red de transporte más diversificada puede ser una gran ventaja ante un nuevo imprevisto como el de Suez y apostar por un método intermodal podría abrir nuevas rutas y descongestionar múltiples puertos para que el sector pueda volver a cierta normalidad.

Sin olvidar el importante papel que juega el ferrocarril ante el cambio climático, siendo como hemos dicho, uno de los métodos de transporte más sostenibles. Precisamente la Unión Europea ha nombrado 2021 como el ‘Año Europeo del Ferrocarril’. Una iniciativa que deja patente la voluntad de reforzar este método de transporte, tanto para personas como para mercancías, como una opción verde y asequible.